viernes, 16 de octubre de 2015

La Reina , la Princesa y la Infanta , en el desfile de las Fuerzas Armadas

La atención de la Reina a la Princesa y la Infanta siempre que están en publico , termina siendo un cúmulo de gestos todos ellos emblemáticos, que utiliza para comunicarse con ellas y que en su exceso resultan innecesarios. La Princesa y la Infanta, de cuna Real, crecen con la naturalidad de un protocolo que seguirán de por vida y que no resultará en ellas ni artificial ni rígido , por sus edades la espontaneidad las dulcifica .


Así mismo dulcificaría a la Reina dejar de " encadenarlas " en una secuencia de : vigilancia con miradas , llamadas de atención con las cejas , señalar con el índice o dar instrucciones con las manos , además del continuo empujar al que las somete cada vez que caminan.


Es fácil confundir el mensaje que quiere transmitir la Reina , empieza a alejarse del papel de una madre protectora y atenta con  la Princesa y la Infanta , para proyectar la de una persona demasiado controladora o incluso puede interpretarse como una actitud poco respetuosa cuando interrumpe para corregir pues distrae la atención tanto de ellas como de todos del acto al que están asistiendo.


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